El inicio de la Segunda Guerra Púnica provocó la entrada de las legiones romanas en la Península Ibérica cortando así la vía de suministro a las tropas de Aníbal, que avanzaban hacia Roma. Los romanos conquistarían la región de Cástulo en el año 214 a.C. aunque por poco tiempo ya que en el 211 a.C. el ejército cartaginés, comandado por los generales Magón Barca y Asdrúbal Giscón, volvería a conquistar la zona dando muerte a los generales romanos Publio y Cneo Cornelio Escipión. En el año 209 a.C. el general romano Publio Cornelio Escipión Africano conquista Carthago Nova e inicia la conquista de la Península dirigiéndose hacia Cástulo, asediándola y conquistándola mediante un pacto con la aristocracia local en el año 206 a.C. Es entonces cuando la ciudad entra en la órbita romana hasta el fin del Imperio.

Tras la conquista de Cástulo por Roma, se concedieron a la ciudad privilegios sociales y políticos, convirtiéndose en ciudad federada (“civitas liberae et inmunes”), exenta parcialmente de pagos de tributos, y manteniendo el control económico sobre los yacimientos metalíferos de Sierra Morena Oriental, sobre los que comenzaron rápidamente los trabajos atrayendo a numerosos publicanos procedentes del sur de Italia para explotar las minas.

Durante la Baja República y el Alto Imperio Cástulo gozó de una prosperidad económica y social conocida a través de los restos de edificios públicos documentados mediante metodología arqueológica en las últimas décadas o de la epigrafía, por la que conocemos la existencia de un teatro, un anfiteatro o grandes y lujosos edificios en su centro monumental.

Con la crisis del imperio romano la ciudad continuó habitada, y los datos arqueológicos recientes confirman la existencia de una comunidad judía asentada en torno a los siglos IV-V d.C. en la zona del centro monumental. En el 313 d.C. Constantino I legalizó el cristianismo y en el 325 d.C con el Primer Concilio de Nicea le otorga la legitimidad en el Imperio que favorecería su expansión. En Cástulo destaca la existencia de uno de los edificios cristianos más antiguos de la Península Ibérica, fechado en el siglo IV d.C. y en el que se encontró la patena de Cristo en Majestad.

Denario de plata – El cometa de César (s. I a.C.)

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