

En el centro físico de la meseta, los trabajos de geofísica realizados advierten la presencia del cruce del cardo máximo y el decumano, así como la existencia de grandes edificios, documentados por las recientes excavaciones arqueológicas. En esta zona es posible contemplar una extensa área en la que queda visible parte de la trama urbana de la ciudad romana, con calles, cloacas, termas, letrinas y otros edificios públicos de grandes dimensiones.
Las investigaciones arqueológicas no solo han permitido delimitar estructuras y edificios de la antigua ciudad, también permiten conocer detalles sobre las culturas y creencias de sus habitantes.

En el centro de la ciudad se ha documentado la existencia de un gran edificio público de más de 1.200 metros cuadrados, con un patio central de unos 500 metros cuadrados rodeado muy posiblemente por una zona porticada con columnas de mármol violaceo. El edificio puede fecharse en el siglo II d.C, y fue desmantelado en gran parte, para la reutilización de sus materiales, tras la caida del Imperio, lo que dificulta la interpretación de su uso. El edificio tiene forma cuadrangular, y destaca una puerta central con varios escalones que da acceso al patio, donde se conservan grandes losas del pavimento.



En esta misma zona de la ciudad es posible contemplar parte del urbanismo romano, al igual que se localizan unas termas excavadas en su mayor parte por José María Blázquez, fechadas en época Alto Imperial. Las excavaciones realizadas muestran principalmente el hypocaustum de las salas templadas y calientes, así como un pasillo subterráneo que da acceso a los hornos. Actualmente la superficie conocida de estas termas es de aproximadamente 600 metros cuadrados, pudiendo observarse varias piscinas, letrinas y conducciones de agua.

En el extremo norte de la zona urbana excavado por José María Blázquez a finales del siglo XX se encuentra un pequeño edificio de planta cuadrada con un ábside semicircular situado al Este. Este edificio corresponde a época Bajo Imperial, en torno a los siglos IV-V d.C., y se construyó sobre una antigua calle Altoimperial (siglo I-II d.C.), aprovechando también las cimentaciones de otros edificios públicos anteriores. Se trata de un edificio religioso interpretado por Blázquez como una pequeña basílica en base a la forma de su estructura, ya que los escasos materiales recuperados durante su excavación no pudieron aportar mucha más información debido a encontrarse a escasos centímetros de la superficie.
Las recientes excavaciones arqueológicas en esta zona han aportado gran cantidad de información relativa a este momento, llegando a documentarse lucernas decoradas con la menorá e incluso un fragmento de cerámica con escritura en hebreo. Estos nuevos hallazgos permiten plantear una reinterpretación de este edificio como sinagoga, revelando datos sobre la existencia de una comunidad judía instalada en el centro de la ciudad en torno a los siglos IV-V d.C.



En el centro de la ciudad se ha documentado la existencia de un gran edificio público de más de 1.200 metros cuadrados, con un patio central de unos 500 metros cuadrados rodeado muy posiblemente por una zona porticada con columnas de mármol violaceo.

El edificio puede fecharse en el siglo II d.C, y fue desmantelado en gran parte, para la reutilización de sus materiales, tras la caida del Imperio, lo que dificulta la interpretación de su uso. El edificio tiene forma cuadrangular, y destaca una puerta central con varios escalones que da acceso al patio, donde se conservan grandes losas del pavimento.

En esta misma zona de la ciudad es posible contemplar parte del urbanismo romano, al igual que se localizan unas termas excavadas en su mayor parte por José María Blázquez, fechadas en época Alto Imperial. Las excavaciones realizadas muestran principalmente el hypocaustum de las salas templadas y calientes, así como un pasillo subterráneo que da acceso a los hornos. Actualmente la superficie conocida de estas termas es de aproximadamente 600 metros cuadrados, pudiendo observarse varias piscinas, letrinas y conducciones de agua.


En el extremo norte de la zona urbana excavado por José María Blázquez a finales del siglo XX se encuentra un pequeño edificio de planta cuadrada con un ábside semicircular situado al Este. Este edificio corresponde a época Bajo Imperial, en torno a los siglos IV-V d.C., y se construyó sobre una antigua calle Altoimperial (siglo I-II d.C.), aprovechando también las cimentaciones de otros edificios públicos anteriores. Se trata de un edificio religioso interpretado por Blázquez como una pequeña basílica en base a la forma de su estructura, ya que los escasos materiales recuperados durante su excavación no pudieron aportar mucha más información debido a encontrarse a escasos centímetros de la superficie.

Las recientes excavaciones arqueológicas en esta zona han aportado gran cantidad de información relativa a este momento, llegando a documentarse lucernas decoradas con la menorá e incluso un fragmento de cerámica con escritura en hebreo. Estos nuevos hallazgos permiten plantear una reinterpretación de este edificio como sinagoga, revelando datos sobre la existencia de una comunidad judía instalada en el centro de la ciudad en torno a los siglos IV-V d.C.
